El entorno de la Mujer
".. Una mujer he olvidado quien le pregunto a un amigo..
por qué los hombres se sienten amenazados por las mujeres.
Le contestó que tienen miedo de que las mujeres se rían de ellos,
Cuando le preguntó a las mujeres por qué se sienten amenazadas por
los hombres.. dijeron "Tememos que puedan matarnos".
Stella Gibson, personaje de The Fall
En la mitología
doméstica, la utilización de los objetos cotidianos, la representación del
entorno fue importante para las Mujeres Artistas para empezar a hablar de una
iconografía femenina, los artistas hombres también se apropiaron de esa
iconografía, intentaron hacerla suya, una forma de dejar sin tema a las Mujeres
Artistas, la diferencia entre la Mujer Artista y el artista hombre, es que ella
desarrolla el tema desde todos sus aspectos, él sólo tomó el objeto, es a
partir de los años setenta cuando muchas artistas empiezan a valorar su condición de mujer en
la obra, desde lo social, lo laboral, se muestran irreverentes, irónicas y
hasta sentimentales.
El entorno privado, se
vuelve público, pero también el entorno público se vuelve objeto de
representación, es puesto en escena, se reconstruye, para hablar de los
distintos temas que empiezan a preocupar a la Mujer Artista, desde lo íntimo,
lo social y lo político, Sophie Calle (Francesa) toma fotografías muy
detalladas de las huellas que los huéspedes dejan en las habitaciones de un
hotel, un espacio que es un no lugar, que es privado por un día, por una noche,
y se vuelve público tras el registro fotográfico, el dormitorio es otro de
espacios representados muchas veces, fotografiado, pintado o puesta en una
galería como lo fue “Mi Cama” de Tracey Emin (Inglesa) quien lleva
su cama sin tender, con sábanas
manchadas, botellas de bebidas, colillas de cigarrillos, que formaban parte de
su mundo privado en ese momento, hace algo más de quince años; Diana Schufer
(Argentina) intervino sábanas con cartas de amor, utilizando la técnica de la
serigrafía, la instalación Cartas y Camas de Amor, se pudo ver en el
Centro Cultural Recoleta, en el año 1994, la instalación se armaba y desarmaba
lo que hizo que la artista volviera sus sábanas en arte utilitario; en la
Última Cena de Judy Chicago (Estadounidense), se puede apreciar una gran
instalación compuesta por más de 1000 nombres de mujeres algunos escritos,
otros pintados por mujeres, con sus respectivos, manteles, la instalación un
homenaje a la mujeres que son parte del arte, la política, la ciencia, también
se puede pensar como un gran altar, donde decoradoras y cocineras invitan a un
gran festín, lo cotidiano se vuelve parte de la cultura popular, no puedo dejar
de mencionar la obra de Meret Oppenheim (Alemana) una de las artistas
surrealistas más destacada, en Desayuno en piel, utiliza una taza de té,
que recubre con piel, mientras que en la obra Mi niñera, toma unos
zapatos, los ata y los coloca en una bandeja de plata, como si los estuviera
sirviendo para una comida importante, lo
cotidiano, de uso diario, se vuelven obra y hablan de su propio mundo.
En los setenta muchas
Mujeres Artistas tenían sus obras en salas marginales Kate Walker
(Estadounidemse) y Sandy Gollop organizan la muestra de Arte Correo
Postal “Feministo”, las mismas
obras anteriormente habían sido expuesta bajo el título “Retrato de la
Artista como Ama de Casa”, que genera un diálogo sobre la mitología
doméstica, la feminidad y circulaba fuera del circuito comercial del arte; la
muestra “Mujeres y Trabajo” donde participaron Mary Kelly (Estadounidense),
Margaret Harrison (Inglesa) y Kay Hunt, las protagonistas erán
mujeres trabajadoras de una fábrica la Metal Box Company de Southark,
Londres, no sólo el ámbito del hogar se volvía púbico, también el del trabajo,
la relación de la mujer con el ámbito laboral, donde trabajo, política y sindicalismo
quedan expuesto en este trabajo documental que realizan las tres artistas;
hacer visible por todos los medios el mundo de la mujer y llegar a más público
que no fuera parte del mundo del arte,
es así como que Susan Hiller (Estadounidense) entre 1973 y 1974
realiza distintas performance públicas, como lo fueron “Ceremonias
callejeras y El trazado de los sueños, donde la participación del público
fue importante, para la concretar su proyecto.
El universo
femenino, se vuelve parte de la metáfora
de la mujer, como lo hace María Luz Gil (Argentina) toma el bosque como
representación del mundo interno, la búsqueda personal, la identidad, lo
desconocido en la Video-Instalación Más cerca, Más Lejos, de 1997, que
formaba de la muestra colectiva Tajos Bajos, en el Centro Cultural
Borges, el video era proyectado en forma simultánea en diez televisores,
mientras ella se internaba en un bosque oscuro; Silvia Gai (Argentina),
para la misma muestra colectiva, teje al crochet, una técnica que se le
enseñaba a las mujeres como parte de las labores femeninas que debía adquirir
para ser una buena ama de casa, su tejidos eran órganos humanos con
malformaciones, la enfermedad que convive dentro del hogar, se vuelve parte, de
lo cotidiano, de lo doméstico y muestra otra realidad en la que conviven las
mujeres dentro de su hogar.
No importa si eran los
límites del hogar, si era un objeto de uso cotidiano, si era su entorno
laboral, social, si era su propio mundo interior, reflejar el ámbito de la
mujer, hacerlo público, mostrarlo en una galería, en un espacio alternativo, en
la calle, es algo que hoy todavía las Mujeres Artistas siguen haciendo, para
hablar de la problemática femenina.
Stella
Maris Leone Geraci
Artista
Fotógrafa Feminista, Activista
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